martes, 20 de noviembre de 2012

CUARTO REPORTE DE LECTURA DEL SEGUNDO PARCIAL


El dueño del bar se aproximo y el muchacho le señalo una bebida que había sido servida en otra mesa era un te amargo hubiera preferido tomar vino.

El viejo le había hablado de señales mientras atravesaba el mar había estado pensando en las señales si sabía a qué se refería durante el tiempo en que estuvo en lo campos de Andalucía se había acostumbrado a leer en la tierra y en los cielos las condiciones las condiciones del camino que debía seguir.

Si dios conduce también a las ovejas también conducirá al hombre reflexión y se quedo más tranquilo el te parecía menos amargo.

El muchacho se sintió inmensamente aliviado estaba pensando en señales y alguien había aparecido.

No hay vino en este país dijo el recién llegado  la religión no le permite. Si no el árabe era capaz de querer una parte a cambio de llevarlo hasta allí se acordó de lo que el viejo le había dicho respecto de las ofertas.

Me gustaría que me llevaras hasta allí si es posible puedo pagarte como guía el muchacho se dio cuenta que el dueño del bar andaba cerca escuchando atentamente conversación se sintió molesto por su presencia pero había encontrado un guía y no podía perder esa oportunidad.

El muchacho encontró extraña la pregunta pero confiaba en el viejo le había dicho que cuando se quiere alguna cosa el universo siempre conspira a favor.

Vamos dijo el recién llegado el no quería que nos quedáramos aquí.

Quiero tu dinero dijo Tánger no es igual al resto de África estamos en un puerto y el los puerto siempre hay muchos ladrones.

Podemos llegar mañana a las pirámides dijo el otro cogiendo el dinero pero necesito comprar dos camellos salieron andando por las estrechas calles de Tánger en todas la esquinas había puestos de cosas para vender llegaron.

Había miles de personas discutiendo vendiendo comprando hortalizas mezcladas con dagas alfombras junto a todo tipo de pipas al fin y al cabo tenía todo su dinero en las manos pensó en pedir que se lo devolvieran pero termino ser descortés el no conocía las costumbres de las tierras extrañas que estaba pisando.

Pregunta al dueño cuánto cuesta pidió al amigo peo se dio cuenta que se ha había quedado dos segundos distraído mirándola.

Sintió todo el corazón comprimido como si todo su pecho se había encogido de repente

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