El
dueño del bar se aproximo y el muchacho le señalo una bebida que había sido
servida en otra mesa era un te amargo hubiera preferido tomar vino.
El
viejo le había hablado de señales mientras atravesaba el mar había estado
pensando en las señales si sabía a qué se refería durante el tiempo en que
estuvo en lo campos de Andalucía se había acostumbrado a leer en la tierra y en
los cielos las condiciones las condiciones del camino que debía seguir.
Si
dios conduce también a las ovejas también conducirá al hombre reflexión y se
quedo más tranquilo el te parecía menos amargo.
El
muchacho se sintió inmensamente aliviado estaba pensando en señales y alguien había
aparecido.
No
hay vino en este país dijo el recién llegado
la religión no le permite. Si no el árabe era capaz de querer una parte a
cambio de llevarlo hasta allí se acordó de lo que el viejo le había dicho
respecto de las ofertas.
Me
gustaría que me llevaras hasta allí si es posible puedo pagarte como guía el
muchacho se dio cuenta que el dueño del bar andaba cerca escuchando atentamente
conversación se sintió molesto por su presencia pero había encontrado un guía y
no podía perder esa oportunidad.
El
muchacho encontró extraña la pregunta pero confiaba en el viejo le había dicho
que cuando se quiere alguna cosa el universo siempre conspira a favor.
Vamos
dijo el recién llegado el no quería que nos quedáramos aquí.
Quiero
tu dinero dijo Tánger no es igual al resto de África estamos en un puerto y el
los puerto siempre hay muchos ladrones.
Podemos
llegar mañana a las pirámides dijo el otro cogiendo el dinero pero necesito
comprar dos camellos salieron andando por las estrechas calles de Tánger en
todas la esquinas había puestos de cosas para vender llegaron.
Había
miles de personas discutiendo vendiendo comprando hortalizas mezcladas con
dagas alfombras junto a todo tipo de pipas al fin y al cabo tenía todo su
dinero en las manos pensó en pedir que se lo devolvieran pero termino ser descortés
el no conocía las costumbres de las tierras extrañas que estaba pisando.
Pregunta
al dueño cuánto cuesta pidió al amigo peo se dio cuenta que se ha había quedado
dos segundos distraído mirándola.
Sintió
todo el corazón comprimido como si todo su pecho se había encogido de repente
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