Cultivo de la Rosa
ORIGEN
La rosa era considerada como símbolo de
belleza por babilonios, sirios, egipcios,
romanos y griegos.
Aproximadamente 200 especies botánicas de
rosas son nativas del hemisferio norte,
aunque no se conoce la cantidad real debido a
la existencia de poblaciones híbridas en
estado silvestre.
Las primeras rosas cultivadas eran de
floración estival, hasta que posteriores trabajos de
selección y mejora realizados en oriente
sobre algunas especies, fundamentalmente Rosa
gigantea y R. chinensis dieron como resultado
la "rosa de té" de carácter refloreciente.
Esta rosa fue introducida en occidente en el
año 1793 sirviendo de base a numerosos
híbridos creados desde esta fecha.
2.
TAXONOMÍA Y MORFOLOGÍA
Perteneciente a la familia Rosaceae,
cuyo nombre científico es Rosa sp.
Actualmente, las variedades comerciales de
rosa son híbridos de especies de rosa
desaparecidas. Para flor cortada se utilizan
los tipos de té híbrida y en menor medida los
de floribunda.
3.
IMPORTANCIA ECONÓMICA Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
Las flores más vendidas en el mundo son, en
primer lugar, las rosas seguidas por los
crisantemos, tercero los tulipanes, cuarto
los claveles y en quinto lugar los lilium. Ninguna
flor ornamental ha sido y es tan estimada
como la rosa.
Sus principales mercados de consumo son
Europa, donde figura Alemania en cabeza,
Estados Unidos y Japón.
4.
MATERIAL VEGETAL
Las cualidades deseadas de las rosas para
corte, según los gustos y exigencias del
mercado en cada momento, son:
Tallo largo y rígido: 50-70 cm, según zonas de
cultivo.
Follaje verde brillante.
Flores: apertura lenta, buena conservación en
florero.
Buena floración (= rendimiento por pie o por
m2).
Buena resistencia a las enfermedades.
Posibilidad de ser cultivados a temperaturas
más bajas, en invierno.
Aptitud para el cultivo sin suelo.
PROPAGACION
La propagación se puede llevar a cabo por
semillas, estacas, injertos de vareta e injertos
de yema, aunque es este último el método más
empleado a nivel comercial.
La reproducción por semillas está limitada a
la obtención de nuevos
cultivares.
6.
REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS
6.1.
Temperatura
Para la mayoría de los cultivares de rosa,
las temperaturas óptimas de crecimiento son de
17ºC a 25ºC, con una mínima de 15ºC durante
la noche y una máxima de 28ºC durante el
día. Pueden mantenerse valores ligeramente
inferiores o superiores durante períodos
relativamente cortos sin que se produzcan
serios daños, pero una temperatura nocturna
continuamente por debajo de 15ºC retrasa el
crecimiento de la planta, produce flores con
gran número de pétalos y deformes, en el caso
de que abran. Temperaturas
excesivamente elevadas también dañan la
producción, apareciendo flores más pequeñas
de lo normal, con escasos pétalos y de color
más cálido.
6.2.
Iluminación
El índice de crecimiento para la mayoría de
los cultivares de rosa sigue la curva total de
luz a lo largo del año. Así, en los meses de
verano, cuando prevalecen elevadas
intensidades luminosas y larga duración del
día, la producción de flores es más alta que
durante los meses de invierno.
6.3.
Ventilación y enriquecimiento en CO2
En muchas zonas las temperaturas durante las
primeras horas del día son demasiado
bajas para ventilar y, sin embargo, los
niveles de CO2 son limitantes para el crecimiento de
la planta. Bajo condiciones de invierno en
climas fríos donde la ventilación diurna no es
económicamente rentable, es necesario aportar
CO2 para el crecimiento óptimo de la
planta, elevando los niveles a 1.000 ppm
7. CULTIVO
EN INVERNADERO
Con el cultivo de rosa bajo invernadero se
consigue producir flor en épocas y lugares en
los que de otra forma no sería posible,
consiguiendo los mejores precios. Para ello, estos
invernaderos deben cumplir unas condiciones
mínimas: tener grandes dimensiones (50 x
20 y más), la transmisión de luz debe ser
adecuada, la altura tiene que ser considerable y
la ventilación en los meses calurosos debe
ser buena. Además, es recomendable la
calefacción durante el invierno, junto con la
instalación de mantas térmicas para la
conservación del calor durante la noche.
7.1.
Preparación del suelo
Para el cultivo de rosas el suelo debe estar
bien drenado y aireado para evitar
encharcamientos, por lo que los suelos que no
cumplan estas condiciones deben
mejorarse en este sentido, pudiendo emplear
diversos materiales orgánicos.
Las rosas toleran un suelo ácido, aunque el
pH debe mantenerse en torno a 6. No toleran
elevados niveles de calcio.
7.2.
Plantación
La época de plantación va de noviembre a
marzo. Esta se realizará lo antes posible a fin
de evitar el desecamiento de las plantas, que
se recortan 20 cm; se darán riegos
abundantes (100 l de agua/m2), manteniendo el
punto de injerto a 5 cm por encima del
suelo.
En cuanto a la distancia de plantación la
tendencia actual es la plantación en 4 filas (60 x
15 cm) (viveristas no especializados) o 2
filas (40 x 20 ó 60 x 12,5 cm) con pasillos al
menos de 1 m (viveristas especializados), es
decir, una densidad de 6 a 8 plantas/m2
cubierto. De este modo se consigue un
mantenimiento más sencillo y menores
inversiones.
7.3.
Fertirrigación
Actualmente la fertilización se realiza a
través de riego, teniendo en cuenta el abonado de
fondo aportado, en caso de haberse realizado.
Posteriormente también es conveniente
controlar los parámetros de pH y
conductividad eléctrica de la solución del suelo así como
la realización de análisis foliares.
Macroelementos
Niveles deseables (%)
Nitrógeno 3,00-4,00
Fósforo 0,20-0,30
Potasio 1,80-3,00
Calcio 1,00-1,50
Magnesio 0,25-0,35
Microelementos
Niveles deseables (ppm)
Zinc 15-50
Manganeso 30-250
Hierro 50-150
Cobre 5-15
Boro 30-60
8.
PLAGAS, ENFERMEDADES Y FISIOPATÍAS
8.1.
Plagas
-Araña
roja (Tetranychus urticae)
Es la plaga más grave en el cultivo de rosal
ya que la infestación se produce muy
rápidamente y puede producir daños
considerables antes de que se reconozca. Se
desarrolla principalmente cuando las
temperaturas son elevadas y la humedad ambiente
es baja.
Inicialmente las plantas afectadas presentan
un punteado o manchas finas blancoamarillentas
en las hojas, posteriormente aparecen
telarañas en el envés y finalmente se
produce la caída de las hojas.
Control
-Evitar un grado higrométrico muy bajo unido
a una temperatura muy elevada (más de
20ºC).
-Puede llevarse a cabo con la suelta de Phytoseiulus
en los primeros estadios de
infestación.
-Debido al elevado número de generaciones y a
la superposición de las mismas,
especialmente en verano, los acaricidas
utilizados deben tener acción ovicida y adulticida.
Los tratamientos con acaricidas como dicofol,
propargita, etc, dan buenos resultados.
Aunque la materia activa más empleada es la
abamectina.
-Pulgón
verde (Macrosiphum rosae)
Se trata de un pulgón de 3 mm de longitud de
color verdoso que ataca a los vástagos
jóvenes o a las yemas florales, que
posteriormente muestran manchas descoloridas
hundidas en los pétalos posteriores. Un
ambiente seco y no excesivamente caluroso
favorece el desarrollo de esta plaga.
Control
-Pueden emplearse para su control específico
los piretroides.
-Nemátodos
(Meloidogyne, Pratylenchus, Xiphinema)
Atacan la parte subterránea provocando
frecuentemente agallas sobre las raíces, que
posteriormente se pudren.
Control
-Desinfección del suelo.
-Introducción de las raíces en un nematicida.
-Trips
(Frankliniella occidentalis)
Los trips se introducen en los botones
florales cerrados y se desarrollan entre los pétalos
y en los ápices de los vástagos. Esto da
lugar a deformaciones en las flores que además
muestran listas generalmente de color blanco
debido a daños en el tejido por la
alimentación de los trips. Las hojas se van
curvando alrededor de las orugas conforme se
van alimentando.
Control
-Es importante su control preventivo ya que
produce un daño en la flor que deprecia su
valor en venta. Los tratamientos preventivos
conviene realizarlos desde el inicio de la
brotación hasta que comiencen a abrir los
botones florales.
-Para el control químico son convenientes las
pulverizaciones, de forma que la materia
activa penetre en las yemas; se realiza
alternando distintas materias activas en las que
destacamos acrinatrin y formetanato.
8.2.
Enfermedades
-Mildiu
velloso o tizón (Peronospora sparsa)
Provoca la enfermedad más peligrosa del rosal
ya que ocasiona una rápida defoliación,
sino se actúa a tiempo puede resultar muy
difícil recuperar la planta
Se desarrolla favorablemente bajo condiciones
de elevada humedad y temperatura,
dando lugar a la aparición de manchas
irregulares de color marrón o púrpura sobre el haz
de las hojas, pecíolos y tallos, en las zonas
de crecimiento activo. En el envés de las
hojas pueden verse los cuerpos fructíferos
del hongo, apareciendo pequeñas áreas
grisáceas.
Control
-Para prevenirlo debe mantenerse una adecuada
ventilación en el invernadero. Además
debe evitarse películas de agua sobre la
planta ya que ésta favorece la germinación de
las conidias.
-Se debe aplicar tratamientos preventivos con
metalaxil + mancozeb y curativos con
oxaditil + folpet.
-Oídio
(Sphaerotheca pannosa)
Los síntomas, manchas blancas y
pulverulentas, se manifiestan sobre tejidos tiernos
como: brotes, hojas, botón floral y base de
las espinas. Las hojas también se deforman
apareciendo retorcidas o curvadas.
Control
-Es muy importante su control preventivo ya
que los ataques severos son muy costosos
de eliminar. Se recomienda utilizar
sublimadores de azufre.
-Debe controlarse la temperatura y la humedad
en el invernadero, evitar la suculencia de
los tejidos y reducir la cantidad de inóculo
mediante la eliminación de los tejidos
infectados.
-Para tratamientos curativos, se puede
emplear propiconazol, bupirinato y diclofluanida.
-Roya
(Phragmidium disciflorum)
Se caracteriza por la aparición de pústulas
de color naranja en el envés de las hojas.
Suele aparecer en zonas donde se localiza la
humedad.
Una fertilización nitrogenada excesiva
favorece la aparición de la roya. Por el contrario, la
sequía estival y la fertilización potásica
frena su desarrollo.
Control
-Es conveniente controlar las condiciones
ambientales así como realizar pulverizaciones
con triforina, benadonil, captan, zineb, etc.
-Moho
gris o botrytis (Botrytis cinerea)
Su desarrollo se ve favorecido por las bajas
temperaturas y elevada humedad relativa,
dando lugar a la aparición de un crecimiento
fúngico gris sobre cualquier zona de
crecimiento, flores, etc. Asimismo hay que
cuidar las posibles heridas originadas en las
operaciones de poda, ya que son fácilmente
conquistadas por el patógeno.
Control
-Para el control de la enfermedad resultan de
gran importancia las prácticas preventivas,
manteniendo la limpieza del invernadero, ventilación,
con la eliminación de plantas o
partes enfermas y realizando tratamientos con
fungicidas a base de iprodiona y
procimidona.
-Agallas
o tumores (Agrobacterium tumefaciens)
Las agallas o tumores producidos por Agrobacterium
tumefaciens se forman en el tallo
hasta una altura de 50 cm sobre el suelo o en
las raíces, penetrando por las heridas
cuando la planta se desarrolla sobre suelo
infectado.
Control
-El suelo debe esterilizarse, preferentemente
con vapor, antes de la siembra.
-Las plantas con síntomas se deben desechar.
-El control biológico de la agalla es posible
con Agrobacterium radiobacter, cepa K84.
-Mosaicos
foliares
Esta denominación agrupa a diversas
manifestaciones virales que afectan al follaje del
rosal. El síntoma más común consiste en
líneas cloróticas discontinuas en zig-zag
generalmente dispuestas asimétricamente con
relación al nervio medio. Las alteraciones
cromáticas puede venir acompañada de
crispamientos y deformaciones del limbo. En una
misma plantación, el grado de exteriorización
y la severidad de los síntomas varía de un
año a otro y no apareciendo nunca sobre el
total del follaje, limitándose a algunas ramas,
o pisos de hojas situados sobre la misma
rama, quedando las demás partes del vegetal
aparentemente sanas.
Aunque la incidencia viral sobre el
crecimiento de los individuos enfermos no sea siempre
evidente en el cultivo, algunos estudios han
citado retrasos en la floración y reducción de
la longevidad de las plantas.
Control
La prevención contra las enfermedades víricas
se basan por un lado en combatir los
agentes que propagan la infección: pulgones,
ácaros, trips, etc.; la limpieza de malas
hierbas huéspedes dentro y fuera del
invernadero y en evitar la transmisión mecánica,
pues en ocasiones esta última suele ser la
única vía de contaminación. Por tanto las
medidas preventivas a tener en cuenta son las
siguientes:
Eliminación de las plantas enfermas y de las
plantas sospechosas.
Las herramientas empleadas en la
multiplicación, recolección de flores y
cortes de hojas, deberán esterilizarse en una
solución al 2% de formaldehido y 2%
de hidróxido sódico durante 6 segundos.
También se puede emplear fosfato
trisódico (377 g/litro de agua) o por calor a
200ºC durante dos horas.
Utilizar dos juegos de herramientas de corte
y de guantes, trabajando con
uno, mientras el otro permanece sumergido en
la solución a intervalos, para
esterilizarlos de cualquier virus que puedan
estar presentes en ellos.
No emplear sustratos contaminados de raíces
infectadas, ni aguas de
drenaje de plantas viróticas.
No reutilizar los tutores de bambú, aunque sí
los de aluminio, pues estos
últimos se pueden esterilizar.
Hacer test cada dos o tres años cuando se
introducen nuevas variedades.
8.3.
Fisiopatías
La caída de las hojas puede tener su origen
en diversas causas. Por un lado, cualquier
cambio brusco en el nivel de crecimiento
puede determinar cierto grado de defoliación, ya
que el área de alrededor de los pecíolos se
expande rápidamente, aumentando el
diámetro del tallo en ese punto, mientras que
la base de los pecíolos que no presentan
tejido meristemático no puede expandirse,
causando la ruptura del tejido del pecíolo y, por
consiguiente, la caída de la hoja. Las
enfermedades que dan lugar a la producción de
etileno también pueden causar la defoliación
y el mismo efecto tiene lugar en presencia
de gases como el dióxido de azufre y el
amoníaco.
También son frecuentes las fitotoxicidades
causadas por herbicidas del tipo de fenóxidos,
que pueden producir síntomas severos de
distorsión y enroscamiento de hojas y tallos
jóvenes.
A veces aparecen pétalos más cortos de lo
normal y en número excesivo, lo cual en
algunos sitios se conoce como "cabeza de
toro". Se culpa a los trips de estos síntomas,
aunque es frecuente que estas flores
aparezcan en ausencia de trips sobre tallos muy
vigorosos.
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