domingo, 28 de octubre de 2012

DIARIO 6 DES SEGUNDO PARCIAL

HOJAS VEGETALES

La hoja es un órgano por lo general laminar y aplanado dorsiventralmente, cuyo crecimiento es limitado y que se dispone sobre el tallo o eje en los llamados nudos. Para muchas plantas es posible observar a lo largo del eje una secuencia de tipos de hojas, diferentes no solamente en su morfología y momento de aparición, sino también en su función. Esta sucesión foliar, como también es conocida, es más frecuente en las angiospermas, donde comprende: cotiledones, catáfilos, nomófilos, hipsófilos y antófilos (fig. 32). El tipo foliar más característico es el de los nomófilos, ya que son las hojas relacionadas expresamente con la fotosíntesis y el intercambio gaseoso.
En los nomófilos frecuentemente se distinguen dos partes: una basal y generalmente cilíndrica, llamada pecíolo, mediante la cual se inserta al tallo en el nudo correspondiente, y una parte terminal aplanada denominada lámina o limbo. Los nomófilos muestran gran diversidad morfológica y para su estudio se consideran muchos aspectos: filotaxis, es decir, el patrón de disposición de las hojas sobre el eje; composición, si son simples o compuestos; la forma de la lámina y de su margen, ápice y base; tipo de nervadura; presencia o no de pecíolo; presencia o no de estípulas; tipos de estípulas; indumento, etc. (fig. 33-34).
Las plantas presentan diversas adaptaciones respondiendo al conjunto de características de un ambiente, y podemos reconocer: xerófitos, mesófitos, higrófitos, hidrófilos y halófitos.
Xerófitos:
Son plantas sujetas a períodos de sequía muy prolongados y precipitaciones escasas e irregulares. Presentan una gran diversidad de adaptaciones relacionadas todas con la regulación de la economía hídrica y que se reflejan en su anatomía, morfología y fisiología. Algunos xerófitos desarrollan un extenso tejido acuífero en las hojas o tallos, y a veces, en las raíces, y se conocen como suculentas. En ellas, se observa un aumento de volumen relacionado con una disminución de la superficie y de la transpiración. Muchas son acaules con una roseta de hojas basales, mientras ciertos xerófitos muestran una pérdida total de las hojas, o bien su transformación en espinas, de la yema apical o de las estípulas. En ciertos casos los tallos tienen función asimiladora y se presentan como ramas aplanadas que tienen aspecto de hojas. Cuando hay hojas laminares el parénquima en empalizada está más desarrollado que el esponjoso.
Mesófitos:
Son plantas intermedias entre los xerófitos e hidrófitos, y viven en climas moderadamente húmedos. Se consideran mesófitos las plantas de los bosques tropófilos, las hierbas del sotobosque y las plantas efímeras que se desarrollan vegetativamente durante el período de lluvia. Tienen hojas dorsiventrales de tamaño mediano, con el mesófilo diferenciado en parénquima en empalizada y parénquima esponjoso, con tendencia a proporción semejante de uno y otro.
Higrófitos:
Viven en ambientes húmedos como los bosques siempre verdes, y presentan características estructurales que favorecen la transpiración y compensan la falta de luz. Las hojas son generalmente grandes (100-1.000 cm2), y medianas (20-100 cm2); los ápices en forma de “punta de gotero” se hallan
en varias especies de todos los estratos. Muchos higrófitos poseen pelos glandulares, papilas e hidátodos que segregan activamente agua cuando el aire está saturado de humedad.
Hidrófitos:
Son las plantas que viven en un ambiente acuático. Podemos distinguir tres tipos: las sumergidas, las flotantes y las que tienen partes sumergidas, partes flotantes y partes aéreas. Algunas de sus adaptaciones más resaltantes son: disminución de su sistema de conducción que, algunas veces, puede faltar completamente; notable disminución de los tejidos de sostén; muchos espacios intercelulares, incluso hasta formar un aerénquima; cutícula y paredes celulares muy delgadas.
Halófitos:
Se caracterizan por la capacidad que tienen de almacenar cantidades apreciables de sales en sus órganos vegetativos (raíz, tallo y hojas), sin que esto los perjudique. Se desarrollan mejor en suelos salinos. Comúnmente la sal almacenada es NaCl. Muchos halófitos muestran suculencia ya que debido a la concentración salina las células se hipertrofian puesto que absorben mucha agua; en otros casos, donde existe escasez de agua junto a una alta concentración salina del suelo, se presentan características xeromórficas como pérdida del follaje, hojas pequeñas, etc. Otros halófitos no presentan suculencia y tienen glándulas de secreción salina en las hojas, que se recubren de un polvillo salado.
FORMAS DE VIDA O BIOLÓGICAS
Árbol: planta leñosa que se diferencia en un tronco o fuste, y una copa.
Arbusto: planta leñosa, sin un tronco predominante, ya que ramifica formando varios troncos cerca de la base.
Sufrútice: planta leñosa, generalmente pequeña y parecida a un arbusto, en la que sólo están lignificadas las partes basales del tallo.
Hierba: planta no leñosa, de consistencia blanda en todos sus órganos, tanto subterráneos como epígeos.
Lianas (trepadoras o bejucos): son plantas que tienden a elevar su ramaje por encima de la copa de los árboles, de manera que el ápice crece con rapidez y se forman tallos con entrenudos largos. Se fijan a soportes mediante la producción de zarcillos, ganchos, espinas, raíces adherentes o por crecimiento envolvente.
Epífitas: son plantas que crecen desde el principio sobre plantas portadoras, sin sacar de ella su nutrimiento. Se presentan en hábitats con o sin deficiencias hídricas, y dependen para su nutrición del polvo atmosférico y de la acumulación de detritos orgánicos. Podemos distinguir dos tipos de epífitas: las macroepífitas, representadas por miembros de las orquidáceas, bromeliáceas, cactáceas, etc., y

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